Salimos de Ávila buscando el sol dirección levante, ya que en casi toda España llovía. La primera parada fue en Ayna, un pequeño pueblo de Albacete situado en un precioso cañón. Nos encontramos una escalada muy variada a gusto del consumidor
La siguiente parada fue en Castell de Guadalest, un paraíso del sexto grado, vías de varios largos, la mayoría de los largos son de 30 metros, chapas en general cada dos metros, una escalada técnica con muchísimos agarres inmejorables, el acceso desde el coche máximo cinco minutos, un pequeño pueblo precioso con una curiosa fortificación. También se puede pasar por el refugio de la zona, regentado por Marisol, una mujer encantadora, podemos ojear unas reseñas actualizadas mientras tomamos una cerveza bien fresquita.
Continuamos para encontrarnos con tres grandes amigos,Pedro, Ricardo y Pascual en Ontiyent, una escuela local con varios sectores, bastante desperdigados, los buenos son secretito..
Si decidis pasar por este pueblo,Vallada, no podéis iros sin hacer una parada en este magnífico bar, hace unos bocadillos buenísimos, las patatas cuatro quesos...sin palabras y los precios difícil de mejorar
Lorena y Raúl decidieron quedarse algún día más en Vallada, y los loleras de Pedro, Ricardo y Pascual fueron a transformarse en estado animal, querían en un día escalar tres grandes paredes, Pontox, Peñón y otra más, y bueno, al final fueron al Peñón.
Otro precioso viaje para el recuerdo...otro precioso recuerdo para viajar....
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